A veces imagino como vas follando a esas guarras orquesteras, tu pecho casi lampiño agolpado en los senos de una mujer recién conocida, un trapecio único desfundándose en tres pistas, un abismo y luego tu semen recorriendo su vientre o si bien te va su boca como una carretera estridente, cálcica y una saliva que luego te come los morros. Imagino tu blandeza impostergable tu mano en el codo, en el rostro o en algún resquicio que ya tocaste tres veces. Su coño como el de todas al que recitarás poesía que siempre surte efecto.
Se busca esposa para diciembre
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